
Cuando nacemos, los que nos reciben nos ponen nombre. De mujer o de varón, según como interpreten esa pequeña parte del cuerpo del bebé ubicada entre las piernas. Claro, hoy hay ecografías y hasta posibilidad de un estudio genético que muestre si la criatura pertenece a uno u otro sexo cromosomático.
Pero hoy, igual que ayer, lo que lleva a un ser humano a sentirse hombre o mujer, es mucho más que eso. Y resulta innegable que no hay solo dos posibilidades de ser persona, definidas nítidamente por la conducta, sino tantas como personas. Todas las personas son sexuadas, pero es posible hablar de una particular forma de ser sexuado para cada cual. A la que se arriba a partir de la interacción entre el nuevo ser, con su herencia genética y breve historia intrauterina, y el medio en el que se educa. Medio que incluye a quienes cumplan las funciones paternas, con sus características psicosociales, o sea, deseos, actitudes, creencias, afectividad, posibilidades corporales e intelectuales, grupo social de pertenencia, y también a la cultura que es su entorno.
¿Te suena raro?...Pensá si nunca viste a una mujer con ciertos rasgos que tal vez son más frecuentes en un hombre, ya sean físicos o psicológicos. Y que se siente mujer y actua como tal. O a la inversa...
Para poder aceptar estas reflexiones, si te educaron, como a mí, con mucho temor hacia lo diferente, con la idea de que hay personas normales y otras que no lo son, con prejuicios acerca de lo que se puede o no hacer para entrar en esa ambigua categoría de "normal", tenés que repensarlo. Heterosexualidad, homosexualidad, transexualidad, son categorías que pueden cambiar a lo largo de la vida. Ni mejores ni peores formas de vivir, aunque algunas carguen con la bendición del consenso social y otras sean tratadas como parias y obligadas a luchar para sobrevivir con su elección de identidad. Espero tus comentarios. Respeto todas las ideas que sean respetuosas.
Pero hoy, igual que ayer, lo que lleva a un ser humano a sentirse hombre o mujer, es mucho más que eso. Y resulta innegable que no hay solo dos posibilidades de ser persona, definidas nítidamente por la conducta, sino tantas como personas. Todas las personas son sexuadas, pero es posible hablar de una particular forma de ser sexuado para cada cual. A la que se arriba a partir de la interacción entre el nuevo ser, con su herencia genética y breve historia intrauterina, y el medio en el que se educa. Medio que incluye a quienes cumplan las funciones paternas, con sus características psicosociales, o sea, deseos, actitudes, creencias, afectividad, posibilidades corporales e intelectuales, grupo social de pertenencia, y también a la cultura que es su entorno.
¿Te suena raro?...Pensá si nunca viste a una mujer con ciertos rasgos que tal vez son más frecuentes en un hombre, ya sean físicos o psicológicos. Y que se siente mujer y actua como tal. O a la inversa...
Para poder aceptar estas reflexiones, si te educaron, como a mí, con mucho temor hacia lo diferente, con la idea de que hay personas normales y otras que no lo son, con prejuicios acerca de lo que se puede o no hacer para entrar en esa ambigua categoría de "normal", tenés que repensarlo. Heterosexualidad, homosexualidad, transexualidad, son categorías que pueden cambiar a lo largo de la vida. Ni mejores ni peores formas de vivir, aunque algunas carguen con la bendición del consenso social y otras sean tratadas como parias y obligadas a luchar para sobrevivir con su elección de identidad. Espero tus comentarios. Respeto todas las ideas que sean respetuosas.